Se puede certificar cualquier cosa: objeto, servicio e incluso persona. Lo importante es que un ente externo verifique que se cumplen unos determinados requisitos.
La certificación esta muy de moda, sobre todo en países que buscan el llamado “desarrollo”, ya que permite obtener un nivel mínimo de calidad en los productos y servicios, comparables a las naciones desarrolladas, lo que le facilita el intercambio comercial.
Otra de las bondades, es que permite ofrecer productos y servicios a sus ciudadanos con un nivel predefinido de calidad y ejercer un mejor control sobre los mismos.
Un técnico en electricidad por ejemplo, puede ser certificado para realizar reparaciones domésticas, en redes de alta tensión o ambas, pero cada uno tiene sus requisitos.
Pero la certificación busca verificar una vez vencida su vigencia si el producto o servicio se mantiene en el mismo nivel de calidad, definido por el requisito. Así es que la certificación tiene una fecha de inicio y una de fin. En muchos casos en ese periodo se pueden realizar verificaciones o auditorías, para corroborar el cumplimiento del requisito.
La licencia de conducir es el mejor ejemplo, existen unos requisitos para obtenerla una primera vez y luego otros para su renovación.
¿Se puede certificar el laboratorio?
Claro que si. Y hasta se pueden certificar casi todas las cosas que lo conforman.
Los profesiones del laboratorio pueden ser certificados. Y esta algo bueno y dentro de la propia concepción de la carrera universitaria, ya que todos somos “licenciados” en bioanálisis, tecnología médica, bioquímica, en bacteriología, entre otras. Lo que suele suceder es que se carece de mecanismos para esta labor. Aunque algunos colegios profesionales están promoviendo estas practicas, tal como la Certificación profesional en las Ciencias Químico Farmacéuticas en México.
Podemos adquirir sistemas de diagnóstico in vitro certificados. Es decir que cumplen cierto nivel, dado por un requisito. El más popular es la certificación ISO 9001 al sistema de gestión de la calidad de elaboración de dichos insumos. Un estándar de facto para la comercialización de insumos médicos en países de Europa, Norteamérica y en general en la mayoría de los países.
Podemos también adquirir materiales de calibración certificados a un determinado estándar, asegurando, conociendo y documentando su cadena de trazabilidad. Así mismo existen material de concentración definida o valorado para por ejemplo, validar un método.
Los laboratorios también pueden ser certificados, lo que se requiere es un requisito. El más universal de todos es la ISO 9001, que nos daría un nivel mínimo de gestión de la calidad del laboratorio. Lo interesante es que su reconocimiento es universal.
Pero existen otros requisitos, plasmados en normas que permiten obtener una certificación, ya de carácter más local o regional. Por ejemplo en Venezuela existen un plan de certificación con la FECOBIOVE, cuyo fin es mejorar el sistema de gestión de la calidad del laboratorio.
La certificación es un mecanismo de reconocimiento por un periodo dado, que puede tener carácter local, regional o mundial, siempre y cuando cumplamos con los requisitos plasmados en la norma y nos sometamos al proceso de auditoría.
Alfredo Gallardo Acevedo
08 de julio de 2020
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