Un parte fundamental de la etapa pre analítica, es la adecuada identificación de cada muestra, la cual está asociada a un determinado paciente, en un determinado momento.
Aunque parezca una labor sencilla, es una tarea clave a la hora de asegurar la calidad de un resultado, ya que de la incorrecta identificación, se generará una interpretación errónea de la condición del paciente, que pudiese derivar en su muerte.
Si bien hoy en día muchos laboratorios clínicos grandes y medianos cuentan con sistemas de información de laboratorio (LIS, laboratory information system en inglés), que incluyen un sistema de etiquetado/lectura por código de barras, la realidad es que en nuestro entorno se encuentran una mayor cantidad de laboratorios pequeños, que trabajan la identificación de forma manual.
Existen muchas variantes en la identificación de muestras, discutiré las más usuales, exponiendo sus ventajas y desventajas, a fin de mejorar esta etapa fundamental del control preanalítico.
La forma usual es identificar con un código la muestra, frecuentemente una numeración, pero que presenta diversas variaciones.
Numeración única sucesiva
La forma más simple y robusta es con un número único, una numeración sucesiva ascendente, iniciando con el número uno, el primer día de funcionamiento del laboratorio, aumentando su número con la llegada de un nuevo ingreso de muestra de paciente al laboratorio.
Tiene el problema de que cuando su número es muy elevado (miles o cientos de miles) se tiende a trabajar con los últimos dígitos. Trabajar con solo dos dígitos sería el mayor error, en todo caso es preferible trabajar con al menos cuatro dígitos, a fin de mantener una separación efectiva de muestras.
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Numeración sucesiva diaria
Una forma muy popular es la de numerar los pacientes iniciando desde el uno cada día de trabajo. Esta forma resulta contraproducente, ya que todos los días tendremos números iguales, pero que pertenecen a diferentes pacientes y a diferentes días.
Algunos resuelven el inconveniente incluyendo la fecha en la etiqueta, pero muchas veces ese dato se excluye de los frotis sanguíneos, generando graves confusiones.
Año y numeración
Un código tipo año-numeración, resulta igual de efectivo que la numeración sucesiva única, con la ventaja de tener una ubicación en el tiempo de la muestra.
El sistema año/mes-numeración o año/mes/día-numeración ofrece la ventaja de conocer exactamente la fecha de la muestra, pero el código puede resultar tan largo que, por ejemplo, no cabría en un tubo de sedimento urinario o en el frotis al fresco para la observación de parásitos, con lo cual sólo se incluirían los últimos números, perdiendo la virtud de la codificación.
El código año-numeración ofrece la ventaja de reiniciarse todos los años, evitando tener una numeración en cientos de miles (recuerda que estamos hablando de laboratorios pequeños).
Para darle un enfoque más práctico podemos emplear los dos últimos dígitos del año (19 en vez de 2019), con lo cual reducimos la numeración.
Lo importante es que la muestra pueda ser claramente identificada, la identificación sea corta y se emplee de forma estricta en todas las muestras o partes de estas.
Alfredo Gallardo Acevedo
27 de junio de 2019
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