Quizás nos sintamos aprisionados económicamente, debido a la reducción de las jornadas laborales, vacaciones forzadas y en el peor de los casos la pérdida del trabajo. Manteniéndonos con los ahorros y agradeciendo las ayudas que nos mantienen a flote.
Los que aún se encuentran en la “primera línea”, más bien se encuentran saturados de trabajo o esperando que los autoricen a realizar los análisis para la detección del SARS-CoV-2, como lamentablemente ocurre en varios lugares.
Otros lamentablemente reclaman los equipos de seguridad mínimos para trabajar hoy en día, protector visual, mascarillas, batas y hasta guantes desechables. Y en Venezuela se le suma un salario que en el sector público de menos de 2 US$.
Pero hasta los países ricos sienten el impacto económico y el colapso en sus sistema de salud. La pandemia a revelado los problemas existentes, empeorándolos.
En EUA, por ejemplo la FDA autorizo el uso, como medida extraordinaria durante la pandemia, de la realización de pooles de muestras para la detección del SARS-CoV-2 mediante rPCR, a fin de disminuir los costos. Una locura analítica, que genera debates, pero que pone en evidencia el problema de la disponibilidad de los análisis para la detección del SARS-Cov-2 y el desconocimiento básico en ciencias del laboratorio, justificado simplemente por una razón económica.
En el tema de hoy, Pooles de muestras para disminuir los costos ¿Constituye una práctica aceptable?. Aunque esta enfocado en los análisis de detección del HIV, los criterios expuestos aplican a cualquier análisis.
La econopenia es una realidad, pero la calidad de los análisis debe mantenerse.
Alfredo Gallardo Acevedo
05 de agosto de 2020
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